Reflejada, fracturada, reformada. Quimera convierte el cuerpo en ilusión, donde la carne se dobla bajo el peso de ver.

El cuerpo no es lo que es, sino cómo se ve. Quimera expone cómo la mirada, el deseo y la representación fragmentan y recomponen la forma humana. Esta serie trata de la ruptura óptica, cuando la carne se convierte en ilusión y la visión distorsiona la verdad.

Burak Bulut Yildirim construye anatomías surrealistas a través de espejos, superficies lúdicas, filtros ópticos y luz. La piel se convierte en topografía, materia plástica, ilusión resplandeciente. Los rostros desaparecen, las identidades se disuelven. Lo que queda son fragmentos luminosos, ensamblados, fetichizados, extraños. No son retratos, son collages. Haciéndose eco de las muñecas rotas de Hans Bellmer, los juegos de identidad de Cindy Sherman y las intervenciones corporales de ORLAN, la cámara de Burak se convierte en un agente de deconstrucción. El cuerpo ya no se documenta, es su autor.

Cada fotograma es una sacudida de alienación. El espectador toma conciencia de su propia mirada. Lo que parece visible nunca es inocente. La carne se convierte en espejo, la distorsión en narración. Quimera ocupa el espacio volátil entre el arte y el espectáculo. Para los coleccionistas, esta serie ofrece no sólo impacto visual, sino densidad conceptual: cada impresión de edición limitada es un mito, una ilusión, una ruptura.