Deseo

El deseo, sin filtros. La serie fotográfica Deseo documenta el hambre corporal y emocional. No susurra, palpita. En estas imágenes, el anhelo se pinta sobre el cuerpo, cada fotograma tiembla entre el calor y la necesidad.

La serie se articula en torno a tres modos de tensión erótica: fetiche fragmentado, seducción realizaday intimidad ritual. Las fotografías de Yıldırım se mueven entre estos estados, mostrando cómo el deseo actúa sobre la piel, los símbolos y el escenario.

Muchas imágenes muestran el cuerpo no como un todo, sino como una parte: una curva, un pliegue, un primer plano de tensión. La carne se convierte en una superficie, un lugar, una escultura. Aquí, lo erótico se disecciona en un lenguaje visual donde el porno suave se convierte en forma suave. El deseo es anatómico, casi abstracto, reducido a color y contorno. Un labio, un talón, la curva de una espalda... es fetichismo sin objetivación.

En otras escenas, el deseo se coreografía. En los cuadriláteros de boxeo y en las barras de baile, las mujeres ejercen el poder y subvierten la mirada. No son sujetos pasivos, sino agentes activos: posan, golpean, tiran. La cámara no es un mero observador; está dentro del acto, forma parte de la actuación. Las fotografías extraen su energía de este espectáculo y seducción.

Por último, están los rituales de intimidad. Las camas compartidas, los sofás rojos y los suelos de los cuartos de baño se convierten en paisajes emocionales, no sólo en telones de fondo. En estos espacios privados, los cigarrillos arden lentamente y los cuerpos se hunden en la luz. Las escenas se mueven entre la lujuria y la soledad, entre la anticipación y las secuelas. El placer está aquí, pero también la distancia.

El proyecto muestra la influencia de la atmósfera cinematográfica de Wong Kar-wai, las imágenes crudas de Araki y la aguda erótica de Newton. Sin embargo, Yıldırım evita la imitación. Transforma estas referencias en un nuevo estilo visual en el que el erotismo es analítico, no sólo estético, y el voyeurismo se vuelve del revés.

Deseo es un proyecto en curso, y el archivo sigue creciendo. Para coleccionistas y espectadores, la serie es algo más que imágenes eróticas: es una invitación a ser testigos de la intensidad y la ambivalencia del deseo, sin filtrar, escenificado y maravillosamente extraño.